UN PASO HACIA LA EXCELENCIA

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Estamos por delante de los que hacen todo “a medias”. La excelencia nos impulsa a ser mejores cada día, y no por competir con otros, sino por ponernos en reto a nosotros mismos para crecer, para llegar más lejos.

Pero, si algo es cierto, es que solamente seremos excelentes en lo que amamos, en lo que nos apasiona… No podremos ser buenos cuando no nos sentimos motivados a serlo, no podrás ser bueno cuando haces en tu vida lo que realmente no quieres hacer.

La noción de excelencia, por lo tanto, se relaciona a la idea de perfección y a las características sobresalientes

Perseguir la excelencia en algún campo del conocimiento representa una serie de sacrificios que la mayoría de las personas no está dispuesta a realizar. ¿Qué puede haber de malo en dedicarse por completo al desarrollo de una vocación? Nada. Absolutamente, nada.

Siempre que se trate de un acto voluntario, que parta de una necesidad auténtica y que permita disfrutar plenamente de nuestra existencia, cualquier sacrificio en pos de un crecimiento personal será retribuido con creces.

¿Qué actitudes y comportamientos trae consigo la opción por la excelencia?

  • Dedicar el tiempo necesario a cada tarea, organizándonos para evitar atracones de última hora y el tener que trabajar con prisa.
  • Estar orientados hacia el prójimo, en el sentido de tener presente sus requisitos y su punto de vista cuando preparamos y revisamos nuestro trabajo, y buscar y respetar su opinión después de haberlo entregado.
  • Revisar: una vez acabado nuestro trabajo, con toda atención y cuidado volver a verlo para, si cabe, mejorarlo, pero sin caer en una obsesión paralizadora por la perfección.
  • Mejora continua. Ver en cada error una oportunidad de aprender, oír los juicios de los demás sobre lo que hacemos, pedirles consejos para mejorar y aplicarlos.

La excelencia en la vida no está solo en el destino al que se consiga llegar, sino en las condiciones personales con las que se realiza la travesía de la vida y en las conductas que se derivan de ella. La excelencia requiere ponerse a punto e integrar, de forma cotidiana, los ámbitos físico, intelectual, emocional y espiritual de las personas. El rango entre la mejor versión y la peor versión de una misma persona es increíble. La excelencia es apostar por la mejor versión de uno y realizar una travesía por la vida apasionante y apasionada.