EL VUELO PERFECTO

Para volar solo necesitas tu experiencia y aceptar el riesgo de probar algo nuevo.

Para alzar el vuelo es necesario: soltar lo inservible, ese peso acumulado y que siempre te acompaña cuando no eres feliz; ahora no lo necesitas. Para alzar el vuelo, lo debes desprender de ti y dejarlo atrás; si no, nunca hubieras echado a volar con anterioridad. Tu instinto te dice que tienes que despegar a un entorno nuevo en búsqueda de nuevas oportunidades.

Al volar alto sientes que estas en movimiento. La adrenalina va subiendo, es una experiencia única que nunca habías vivido. ¿Qué es lo que te deparará esta nueva aventura? Quizá no tienes la más remota idea, pero sabes que quieres descubrir qué es. A decir verdad, las preocupaciones no han desaparecido, los problemas no se han resuelto solos. Siguen ahí, en ti. Pero ya no son tu obstáculo. ¿Qué ha pasado? Las barreras han caído, y al fin has comprendido que nada te impedirá avanzar.

Conoces tus miedos, tus creencias, tus limitaciones, hasta hoy. Los resuelves y aceptas, a todos. Y no te los quedas, porque eres mucho más que esas limitaciones que creías que te definían. Con tus idas y venidas, tus altos y bajos, has desplegado las alas, y cuanto más vuela, más alto quieres volar. Cuanto más alto, mejor lo haces. Algo ha cambiado dentro de ti; algo ha hecho clic y te ha transformado. Todos lo pueden ver ahora, simplemente porque en el momento en que diste el salto, echaste a volar, te creíste un Ave. Recuerda esta sensación, ánclala en este momento porque has comenzado un “Proceso de Cambios para tu superación” y cuando abras los ojos y vuelvas a pisar tierra firme, podrás volver a sentirla.